Hoy os traemos una receta muy sencilla y a la vez muy resultona, y que a nosotros nos ha encantado. Es tan sencilla que casi no hay que cocinar nada. Es un aperitivo muy ligero y sabroso. ¿Os animáis a prepararlo?
Ingredientes
- Un calabacín
- queso parmesano para rallar (o como hemos usado nosotros un queso de oveja al pimentón)
- Un puñadito de piñones
- Pimienta negra para moler justo antes de comer
- Un limón o dos (dependiendo del tamaño)
- Un poco de aceite de oliva virgen extra para regarlos ligeramente antes de servir
...¿qué más voy a necesitar?
Preparación
- Un par de horas antes de comer, cortaremos los calabacines muy finitos, en carpaccio.
- Los colocaremos en una bandeja y los rociaremos con el zumo de un limón. Los metemos en la nevera y los dejamos reposar un par de horas.
- Cuando los vayamos a comer, sacamos los calabacines de la nevera y los colocamos en el plato donde los vayamos a servir.
- Tostamos ligeramente los piñones en una sartén.
- Molemos un poco de pimienta negra sobre los calabacines, le echamos por encima los piñones tosatados y les rallamos un poco de queso y un chorrito de aceite de oliva virgen extra para el toque final.
¿Qué me decís? Es sencillo, ¿verdad? y es una forma estupenda de quedar fenomenal sin complicaros demasiado.
Pues nunca he tomado los calabacines crudos... pero en algún momento habrá que empezar, y esta receta puede ser ese momento ¿no?
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