Rosquillas almibaradas

     Este ha sido un primer intento de preparar el típico dulce de bollería industrial, pero en versión casera. La receta está sacada de un libro de Thx. Reduje las cantidades a la mitad, y menos mal, porque salió una bandeja enterita. Lo cierto es que aunque el sabor no era 100% el que yo recordaba, estaban bastante ricas (incluso más al día siguiente, después de haber reposado toda la noche en la nevera), salieron esponjosas y muy ligeras, tipo buñuelo. Ideales para el desayuno, o para la merienda.

Ingredientes

·  150 g de leche (yo la usé desnatada)
·  15 g de levadura prensada fresca de panadería
·  1 cucharadita de azúcar + 60 g adicionales
·  65 g de harina de fuerza + 250 g adicionales
·  1 huevo + 1 yema de huevo
·  1 pellizquito de sal
·  60 g de mantequilla a temperatura ambiente
·  aceite de girasol para freir
·  almíbar o cobertura de chocolate para cubrirlos

Preparación

·  A la leche tibia (unos pocos segundos al microondas), le añadimos la levadura, la cucharadita de azúcar y los 65 g de harina. Mezclamos todo bien, y dejamos reposar hasta que empiecen a aparecer burbujas en la superficie de la pasta que acabamos de hacer (aproximadamente 30 minutos).

·  Incorporamos el huevo, la yema y el resto del azúcar y mezclamos todo bien. A esta mezcla le vamos incorporando la harina y la sal, y amasamos.

·  Vamos incorporando la mantequilla, poco a poco, dejando que la masa la absorba todo antes de agregar más. Una vez que esté bien incorporada, dejamos la masa reposando durante aproximadamente una hora. Observaremos que la masa ha crecido considerablemente.

·  Colocamos la masa sobre la superficie de trabajo, que habremos espolvoreado con harina previamente. Es una masa pegajosa, que al principio cuesta bastante trabajar. Formaremos una bola.

·  Con la ayuda de un rodillo, extenderemos la masa y la dejaremos de 1 cm de grosor aproximadamente.

·  Con la ayuda de un molde circular, cortamos nuestras rosquillas. El agujero central yo lo hice con el tapón de una botella de refresco, limpio y bien seco. Las colocamos en una superficie enharinada (si no se pegarán al cogerlas y perderán la forma redonda), cubrimos con un trapo y dejamos reposar hasta que doblen su volumen (una media hora más o menos).

·  Freimos en una sartén con abundante aceite, que no esté excesivamente caliente, doramos por ambos lados, escurrimos en papel absorvente y listas para pasar por el almíbar.


Tienen su trabajito, pero es una forma entretenida de pasar la tarde preparando una merienda casera.